Tenía autonomía para moverse, ir a cazar o recolectar, y su doble aportación económica y reproductiva le permitía tener poder político y religioso.
Son las hembras madres las que enseñan a sus descendientes con su ejemplo el conocimiento necesario para la supervivencia y que comida comer, cómo recoger los alimentos adecuados y el arte de la caza.
La mujer no necesitaba tener pareja estable para tener hijos. Ella respondía al clan, no a un macho determinado.
En el plano sexual se ha dismitificado la supuesta dominación brutal de los varones. Antropólogos han observado que las hembras iniciaban las relaciones sexuales en la mayoría de los grupos de los primates. Defienden, también, que se ha exagerado la competencia por las hembras y que en realidad eran ellas las que decidían con quien se emparejaban.
Gracias a estos nuevos aportes con enfoque de género de la Antropología, hoy se supone que las mujeres prehistóricas no dependían de su pareja, dado que la estructura en la que vivían era el clan, en el que los niños eran criados por la comunidad en conjunto. Por lo tanto las mujeres gozaban de libertad de movimiento. Como se dijo anteriormente, las relaciones amorosas eran libres e igualitarias porque no estaban marcadas por la necesidad de las mujeres de tener un hombre proveedor de recursos.Es más, muchos ajuares funerarios encontrados en las sepulturas, enfatizan con mayor rigor las diferencias en status social que en la existencia de desigualdad entre mujeres y hombres.
Muchas imágenes del pasado las muestran integradas en cuestiones religiosas y rituales.
Si bien las mujeres durante esta época de la historia se vieron obligadas a una maternidad sin descanso, porque de ello dependía la perpetuidad de la especie, este hecho les otorgaba aún más poder dentro del clan.