lunes, 27 de noviembre de 2017

GEISHAS, DONCELLAS DEL PLACER

Eran compradas de niñas y vivían en una "okiya", donde se las educaba. No eran prostitutas, aunque en ocasiones podrían haber ofrecido experiencias sexuales por un precio.
Muchas prostitutas trataron de imitar el estilo de las geishas,pero no tenían la formación artística de ellas.
Se vestían con kimonos, con exceso de maquillaje y adornos en el peinado.
Las geishas se encargaban de distraer a los hombres, con amenas conversaciones, con danza o tocando el shamisen ( guitarra japonesa). El tiempo de la geisha con cada hombre se medía en varitas de incienso, cuando ésta se consumía, había finalizado su tiempo. Contaban con un pacto de silencio, por lo que cualquier hombre podía estar tranquilo con las conversaciones que se mantenían delante de ellas o con ellas.
Típicamente actuaban como anfitrionas, entablaban conversaciones ingeniosas y alentaban a los invitados a interactuar.
Preparaban y servían alimentos, té y otras bebidas y realizaban bailes e interpretaban canciones tradicionales.Sin embargo no pasaban de ser esclavas de lujo, compradas y vendidas como un mueble valioso, y eran despreciadas públicamente. Ni siquiera podían poner sus nombres en las tumbas.
La vida útil de las geishas era corto, pues rápidamente quedaban calvas por el ungüento con que se peinaban, y el plomo que servía como base para su maquillaje blanco las marcaba para siempre.Su destino era entonces el asilo o el suicidio.

La geishas hoy no son esclavas, sino que eligen libremente su profesión. Cuando no trabajan, visten a lo occidental; los cosméticos modernos y las pelucas, les evitan los estragos de antaño. Su trabajo se parece más al de una anfitriona. Algunas aparecen en la televisión o en el teatro u organizan shows para turistas.

 "Ella se pinta para ocultar su rostro, sus ojos son como el agua profunda,el deseo no existe para la geisha...LO DEMÁS ES SOMBRA, LO DEMÁS ES SECRETO". ( Memorias de una Geisha)


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