lunes, 18 de diciembre de 2017

LA PESTE, MUERTE NEGRA





La aparición de la peste (“muerte negra”) que asoló Europa sucedió en el siglo XIV (entre los años 1348 y 1361). Se originó en Asia y fue diseminada por mercaderes italianos desparramándose por casi toda Europa además de India, China y Rusia, ocasionando la disminución de la población euroasiática en un cuarto del total (unas 24 millones de personas).

En esa época la muerte era una presencia cercana y su tratamiento estaba naturalizado. Las personas morían en las calles, junto con los animales, sin asistencia y en las peores condiciones de higiene  también era común la muerte violenta y/o repentina  muy pocos recién nacidos llegaban a los 5 años y los pocos que llegaban debían sortear hambrunas y plagas, ambas asociadas de tal manera que una mala cosecha significaba una muerte segura, las personas malnutridas no podían hacer frente a una epidemia.
A parte de las ratas negras que eran portadoras de muchas enfermedades, se piensa que el principal difusor de la enfermedad fueron las pulgas que se escondían entre los tejidos poniendo en peligro a muchas profesiones relacionadas con el ámbito textil, las ropas y vestiduras fueron portadoras de la enfermedad. Pronto se dieron cuenta de este hecho y se comenzaron a realizar medidas para poder frenar el contagio, entre las medias estaban la quema de ropa de los contagiados y la prohibición de llegada de cargamentos a las costas con materiales textiles.
Entre la búsqueda de causantes de la enfermedad, las sociedades del momento acusaron a los judíos de envenenar los pozos de las ciudades, por lo que comenzó la expulsión de muchas comunidades judías por Europa.

LOS MÉDICOS
Estos singulares personajes se encargaban de atender a todas aquella personas víctimas de las peste, tanto a ricos como a pobres. Se sabe que estos médicos en realidad no eran profesionales de la salud con instrucción tradicional, sino que eran personas que no habían terminado la carrera de medicina o que no habían logrado establecerse como médicos exitosos.  
Quizá lo más extraño de estos pseudo médicos eran los raros disfraces con forma de ave que portaban. La razón de tan singular traje radicaba en que en aquel tiempo se pensaba que la peste se contagiaba por vía aérea y que era capaz de penetrar a través de los poros de la piel. De esta forma los médicos decidieron usar trajes de cuero, gafas, sombrero de ala ancha y  un enorme abrigo de cuero que llegaba hasta los tobillos. 
También usaban una vara que los médicos usaban para mantener a raya a las personas que se les acercaban demasiado o para examinarlos sin necesidad de tocarlos. Y como complemento se encuentra la máscara con pico de ave. Los médicos rellenaban la zona del pico con plantas aromáticas con lo cual conseguían disminuir los olores y además, la forma de ave de la máscara obedecía a que pensaban que los pájaros eran quienes transmitían la enfermedad, por lo que suponían que de esta forma espantarían o alejarían a las aves que pretendieran acercarse a ellos. 
Estos médicos trataron de curar la peste negra con singulares remedios, como poner sapos o sanguijuelas  sobre las heridas con los cuales pretendían “equilibrar los humores” quienes supuestamente ayudaban a mantener en armonía la salud de las personas.

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